Ayer/la semana pasada, el Campus Universitario de Teatinos en Málaga acogió una nueva edición de la «Ruta del Clima», financiada por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Un grupo de seis jóvenes comprometidos participó en esta actividad de una hora y media donde en diferentes paradas se centró el debate en cambio climático, educación y bioconstrucción y arquitectura para la sostenibilidad urbana.
Los participantes dialogaron sobre diversos temas cruciales para enfrentar la emergencia climática:
Arquitectura para la resiliencia climática: se discutieron ejemplos de construcciones sostenibles que minimizan el impacto ambiental y se adaptan a las condiciones climáticas cambiantes. Se destacó la importancia de diseñar edificios que no solo sean eficientes energéticamente, sino que aporten espacios inclusivos y accesibles a las personas y actúen como refugios climáticos.
Innovación educativa: la ruta puso de relieve cómo los espacios educativos pueden ser aprovechados para enseñar sobre sostenibilidad de manera efectiva. Se exploraron métodos innovadores para integrar la educación ambiental en los currículos escolares y universitarios, utilizando el entorno físico como recurso didáctico. Este enfoque busca generar un mayor interés en el alumnado y promover una percepción y compromiso ambiental más profundos. Además, se debatió sobre la importancia de acercar los entornos naturales a las aulas para fomentar una conexión más estrecha con la naturaleza. Los participantes reflexionaron sobre cómo las actividades al aire libre pueden enriquecer el proceso de aprendizaje y aumentar la conciencia ambiental entre los estudiantes.
Conexión sensorial con el entorno: durante la ruta, se hizo una fuerte apuesta por la percepción sensorial del entorno. Los participantes prestaron atención a la vista, el oído y el tacto en distintos puntos del recorrido, permitiéndoles experimentar el campus de una manera más inmersiva y reflexionar sobre cómo los sentidos pueden influir en nuestra comprensión del medio ambiente.
La ruta concluyó con una actividad artística que consistió en la interpretación de un mural, lo que permitió a los participantes expresar sus impresiones y reflexiones de forma creativa. Esta dinámica fomentó la colaboración y el intercambio de ideas entre los participantes. Finalmente, se realizó una reflexión grupal en torno a citas y frases de figuras destacadas en el ámbito de la conservación y sostenibilidad ambiental. Esta reflexión permitió cerrar la jornada con una nota de inspiración y compromiso colectivo hacia la acción climática.
Este itinerario novedoso en el campus universitario puso en valor la necesidad de acercar estas actividades al futuro alumnado de la Universidad de Málaga, a los actuales estudiantes y en general, a toda la comunidad educativa. Este capítulo podría ser un primer paso para empezar a involucrar de manera activa a todos los universitarios capacitándolos y sensibilizándolos en materia de cambio climático desde su contexto más directo y cercano. Esta iniciativa continúa con el objetivo primordial de La Ruta del Clima en utilizar estos itinerarios como herramienta para la acción climática y la movilización social hacia la reflexión y búsqueda de soluciones frente a la crisis climática.


